El vídeo que podéis ver justo arriba ha dado la vuelta al mundo en un tiempo récord: Microsoft ha presentado sus intenciones de cambiar profundamente Windows, un sistema operativo que no ha cambiado mucho en apariencia desde hace muchos años. Y sorpresa: va a estar adaptado a tablets y otros dispositivos táctiles. Ayer Yirá comentaba a fondo esta nueva interfaz.
Al verla por primera vez es inevitable pensar en la lógica evolución desde Windows Phone 7. Apple ha hecho lo mismo con Mac OS X Lion y sus funcionalidades heredadas de iOS, y Android también está empezando a ver la luz en dispositivos como los televisores con Google TV. Pero lo que hemos podido ver sugiere una transición con riesgos muy fuertes, con lo que le doy la razón a Steve Ballmer cuando dijo en Octubre del año pasado que la próxima versión de Windows era la apuesta más arriesgada en toda la historia de la compañía.
Windows 8, aprendiendo del iPad y aplicándolo en terreno peligroso
Uno de los riesgos más grandes que veo con la nueva interfaz de Windows 8 es el hardware en el que se va a poder ejecutar. En la conferencia D9 pudimos ver cómo se aplicaba a tablets y a ordenadores portátiles con pantalla táctil, cosa que no es exactamente lo mismo que un tablet. Puede ser una diferencia sutil, pero son detalles como estos los que los competidores revisan bien a la hora de enfocar sus interfaces. Cuando se presentó Mac OS X Lion por primera vez a los desarrolladores, Steve Jobs lo dejó bastante claro:Los ordenadores portátiles o de sobremesa con pantalla táctil ofrecen demostraciones increíbles, pero al cabo de un rato tu brazo quiere caer muerto a la mesa.
En Cupertino ven la solución trasladando la interacción táctil a un dispositivo de sobremesa, el Magic Trackpad. Google evita toda interfaz táctil (de momento) en portátiles con su Chrome OS, dejando Android para los tablets. Microsoft pretende implantar su interfaz táctil en tablets, portátiles y sobremesa. Y dudo que los usuarios de un sobremesa quieran pasar varias horas de trabajo con el brazo levantado tocando la pantalla.
Esto implica algo importante: combinar la interfaz táctil con el clásico ratón de forma complementaria. Es decir: cuando haya que usar el dedo no puede haber el ratón, y viceversa. Arriesgado, cuanto menos. La competencia está intentando combinar ambas formas de usar el sistema, fundiéndolas para encontrar el camino adecuado para evolucionar. En TechCrunch son algo más drásticos, opinando que con la llegada de esta interfaz de Windows 8 se confirma la muerte del cursor.
La interfaz táctil como capa encima de una interfaz tradicional
La idea de colocar toda esta interfaz de nueva generación encima de un sistema Windows es otro de los riesgos. En el vídeo podemos ver cómo pasamos de lo nuevo a una ventana tradicional de Office de repente, a lo bestia y sin anestesia. ¡Zasca!, que dirían algunos. Creo que la opinión de John Gruber en cuanto a esto es bastante acertada:
La capacidad de ejecutar aplicaciones Mac OS X en el iPad con acceso completo al sistema, periféricos, etc haría del iPad algo peor y no mejor. El iPad triunfa porque ha eliminado la complejidad, no porque haya cubierto la capa de complejidad de Mac OS X con toda una capa táctil. La falta de compatibilidad con otro software significa que todas las aplicaciones para iOS están hechas específicamente para iOS.
¿Por qué usar una interfaz antigua y pensada para un ordenador con ratón en un tablet? Es en esta reutilización de las interfaces donde Windows 8 no me convence en absoluto, decantándome más por interfaces optimizadas para los dispositivos que se estén usando en este momento. Miremos a iWork, con versiones específicas para iPhone, iPad y Mac OS X en este momento.
El abandono de tecnologías propias de Microsoft y conclusiones
No podemos olvidarnos de otro hecho, y es que las aplicaciones de la interfaz táctil de Windows 8 están creadas con tecnología web. Eso ha provocado duras reacciones entre otras divisiones de la compañía de Redmond, como por ejemplo la que podemos leer en este foro de desarrolladores de la plataforma Silverlight donde hay bastantes decepciones y comentarios negativos.
Concluyendo, la interfaz táctil que Microsoft ha presentado para su próximo Windows (porque ojo, no se va a llamar Windows 8) tiene muy buenas ideas y ahora mismo llega a superar a iOS en algunos puntos concretos (me encanta la interacción con dos aplicaciones en primer plano). Pero lo que cuenta es el enfoque, y con la delantera que llevan Android e iOS ahora mismo en Redmond no se pueden permitir fallos. Sin ir más lejos, en algunos sitios ya consideran que esto es el principio del fin de Windows.